Valencia

   




   






LA ILUSION QUEDÓ EN CARBÓN

El Pamesa empezó la temporada ilusionando. Había dudas de cómo encajaría el equipo la marcha de los dos pivots que jugaron la última final del mundial. Pero el equipo nos hizo casi olvidarlos. Había garra, juego de conjunto, fe en la victoria que varias veces se consiguió sobre la bocina para delirio de la afición. Y llegó la Copa. En los últimos partidos antes de clasificarse ya surgieron algunas dudas. Perder contra el Llanera fue un aviso que no quisimos ver. Llegar a la final fue la locura. La ilusión reventaba corazones. Se escribieron esos días muchas cartas a los reyes. Todo parecía posible. Es tan bonito soñar…

       Lo de después es inexplicable. Una final de Copa vergonzosa, y la cuesta abajo imparable. Ni una sola alegría más. Los jugadores vieron la cima y en vez de seguir con la disciplina de la escalada que les había llevado hasta allí, se pusieron a correr como locos para intentar llegar el primero. Ahí se acabó el equipo. Surgieron los mercenarios que buscaban el lucimiento personal para conseguir mejor contrato para el otro año. Y derrota, derrota, derrota.

       La afición les ha acompañado hasta el final. Porque esta afición nunca abandona al equipo, pero ha sido un sufrimiento interminable. Ha tenido que intervenir la directiva y han quedado cuatro. No los mejores sino los más decentes. Gente segura con la construir un nuevo equipo. Al final nos hemos acordado de los Oberto, Kamerics, Milosevic, …qué pena!.

       Mientras que las demás aficiones miran con ilusión los regalos que les dejará la Liga, nosotros ya tenemos el nuestro. Al final fue CARBÓN.

       Pero seremos mejores el próximo año. Pondremos más ilusión y ganas si es que se puede. Siempre con nuestro equipo, ya estamos escribiendo una nueva carta a los Magos.

                                                                                                Carlos Morenilla