Valencia

   




   






LOS DEPORTES NÁUTICOS

El mar siempre ha sido fascinante para los seres humanos. Tal vez se deba a que los seres vivos se generaron en sus entrañas y aún en nuestra memoria genética permanece esa reminiscencia original. Desde tiempos inmemoriales los habitantes de las costas utilizaron el mar y sus recursos como medio de subsistencia. Esfuerzo, riesgo e incertidumbre en el éxito. Esos eran los componentes del vivir de los marineros, y en todas las lenguas del mundo existe la palabra marinero. Aún hoy, en nuestra vida reglada, organizada para evitar el riesgo de accidentes laborales, la vida del marino sigue generando peligro y miradas angustiosas al horizonte del mar en aquellos que esperan su regreso.

        Los deportes náuticos no son ajenos a este espíritu de aventura y sus practicantes son gentes soñadoras que querrían encontrar en el mar su hogar y su destino. La pesca deportiva o las regatas, por muy tecnificadas que estén aún mantienen ese ingrediente de incertidumbre y de azaña que acompañaban a las gestas náuticas de nuestro pasado. En cada playa, en cada roca accesible o en cada espigón de nuestras costas en contramos noche tras noche pescadores deportivos que sólo esperan sentir el placer de la picada, la emoción de la lucha desigual, el orgullo de la captura.

        Las regatas son algo más que carreras de barcos. En cada uno de los puertos deportivos de nuestras costas se organizan regatas. El Campeonato de España de Cruceros se inicia con la primavera en el puerto de Barcelona y va recorriendo nuestras costas, incluyendo Melilla y Las Canarias, hasta morir con el verano en el Cantábrico. Para quien contempla una regata, la competición, la espuma que levantan los veleros con sus proas, las velas hinchadas por el viento, puede provocarle la ilusión de que está asistiendo a una carrera desbocada a gran velocidad. Nada más erroneo. Los barcos Copa-América, tan veloces, compiten a una media inferior a los 20 K/h. Prototipos especilaes multicasco apenas si pueden triplicar esta marca. La mayor distancia recorrida por un velero en veinticuatro horas seguidas la alcanzó el barco campeón de la ultima regata alrededor del Mundo, la Volvo Ocean Race, el ABN AMRO I con 545 millas náuticas, es decir menos de 50 Kilómetros por hora. ¿Por qué, pues, tanta investigación y esfuerzo en mejorar la tecnología de la navegación a vela?

        Debe ser porque durante siglos la vela fue el instrumento para derribar las últimas fronteras. Significaba la victoria de la humanidad sobre los elementos y los límites naturales. Y sobre todo era un reto que tentaba a todos, un destino al que sólo sobrevivían los mejores. El paradigma de la aventura definitiva, del camino muchas veces sin retorno.

        Aún hoy, cuando un tripulante de la vuelta al mundo muere, se le recibe con una aureola de respeto, de héroe; con un sentimiento mucho más próximo a la envidia que a la pena.

        En un claro compromiso por continuar uniendo Valencia a las competiciones de Vela, después de esta edición de la America´s Cup, la siguiente Regata alredor del Mundo tedrá en nuestro puerto el origen de una de sus etapas.

Carlos Morenilla